Echando la vista atrás, lo primero que me viene a la cabeza es lo mucho que me costó verle actuar por primera vez. No sé qué es lo que sucedía, pero no había forma humana de hacer coincidir una actuación con la posibilidad por mi parte de poder ir como espectador. Así que, lo único que me consolaba era escuchar las palabras de admiración de aquellos que sí habían tenido la suerte de asistir. Todo eran elogios y eso hacia crecer en mí, unas expectativas que se cumplieron cuando por fin pude ver su espectáculo.
Buenos días Juan Salvador,
Buenos días Juan Salvador,
¿Qué ocurrió en el pequeño Juan para decidirse a entrar en el mundo mágico?
La verdad que tanto mi familia como yo, recordamos que desde muy pequeñito siempre trasteaba con objetos que no eran los normales para un niño de mi edad.... le hacía más caso a paños de cocina como si fueran pañuelos... cartas y objetos similares, que a los juguetes típicos de la edad. Quizás el punto de inflexión que hizo que me interesara y me obsesionara aún más con este arte, fue asistir a una actuación de magia en las fiestas del barrio donde vivo, donde además de ser espectador, fui seleccionado para realizar un milagro donde el mago hacía aparecer monedas de varias partes de mi cuerpo como orejas, nariz, brazos, codos... e incluso del trasero. Tendría la edad aproximada de 6-7 años. Desde ese momento, terminé de quedarme fascinado por este arte.
Hace unos años encontré una foto antigua que había inmortalizado ese momento. También logré conocer en persona a dicho Mago llamado ALFERA, el cual ya no está con nosotros, y con el que mantuve durante años una gran amistad y del cual me llevo conmigo su rutina original y propia de aros chinos que presento en la mayor parte de mis actuaciones.
¿Se hace duro compatibilizar ser mago con tener otra profesión?
No es nada fácil, te lo aseguro, siempre digo que tengo dos trabajos y me suelen hacer la misma pregunta. La respuesta es sencilla, si amas con intensidad lo que haces, deja de ser un trabajo y no te importa pasar horas y horas con ello. Es cierto también que yo soy una persona muy activa, no sirvo para estar relajado en casa sin hacer nada, no veo televisión ni me gusta perder el tiempo. Por otro lado, me considero una persona que me organizo muy bien y llevo toda mi vida agendada. Y por último y lo más importante, cuento con la ayuda de mis compañeros, mi equipo de magias, que siempre me echan una mano en que todo salga adelante aunque no estemos en los escenarios, junto con el apoyo de mi familia y pareja.
¿Alguna vez te has sentido desanimado y has pensado en dejarlo?
Nunca, al contrario, me dan ganas de ir a más, creo que es un trabajo muy gratificante, las sonrisas, las caras de asombro y estupefacción son un gran estímulo para seguir adelante. En el mundo que estamos viviendo, donde lidiamos con un grado de estrés continuo, donde la tecnología te permite ver de todo en cualquier parte del mundo y donde parece que cuesta sorprender por la cantidad de estímulos que tenemos y vivimos día a día, que se sorprendan y pongan esas caras cuando te ven trabajar, es una sensación muy muy gratificante y difícil de explicar.
Es cierto que siempre hay momentos de altibajos, pero normalmente me animan a montar cosas nuevas e intentar superarme a mí mismo.
¿Qué te ha aportado el ilusionismo que te hace sentir agradecido?
Mucho, me ha transmitido y me ha enseñado para bien y para mal, permitiéndome viajar, conocer bastante gente y lugares nuevos. Además de, a valorar el esfuerzo y dedicación de quien se sube en un escenario a representar en 10 min el trabajo de años. Me ha facilitado también estar en grandes escenarios, compartiendo cartel con grandes artistas de todos los ámbitos y en cumpleaños donde no cabe bien ni el material con las mismas ganas y energía.
Me ha hecho rodearme de gente muy buena y de otras no tanto, pero de estas últimas creo que es de las que más se aprende y te dan lecciones de vida para no volver a golpearte con la misma piedra. Dándome la oportunidad de estudiar mi carrera sin ser una carga económica para mis padres fuera de casa y ser lo más autosuficiente posible desde temprana edad. Son aprendizajes de vida que he podido experimentar desde muy joven y que actualmente forman parte de la persona que soy e influyen en todos los ámbitos de mi vida ayudándome a ser cada vez mejor persona y profesional día tras día.
¿Crees que cuesta valorar la magia? Me refiero a todo el esfuerzo que hay detrás de un show
Creo que no se valora lo que no se conoce. Es decir, el público no ve lo que pasa tras las bambalinas., no sabe las horas de ensayos , de preparación, de fabricación de materiales y atrezzo, de entrenamiento, de formación y de aciertos y errores que hay hasta la presentación del número o rutina. Por lo tanto creo que no, que no pueden valorarlo como sí lo puede hacer un entendido en el tema. Solo los que conocen o nos rodean, como familiares y amigos que ven el esfuerzo diario, saben lo que cuesta realmente el estar ahí.
¿Cómo llevas trabajar con animales? ¿Es complicado amaestrarlos y cuidar de ellos?
¿Cuánto puedes llegar a tardar en montar un espectáculo en el que te sientas cómodo?
Es una buena pregunta, depende bastante del tipo de show y de lo que se vaya a trasmitir. Y después, la clave de tu pregunta... El sentirte cómodo creo que es relativo, puedes sentirte cómodo un tiempo y tras estar una temporada realizándolo, decidir cambiarlo y así varias veces. Creo que los números deben ir variando y evolucionando, aunque sea con pinceladas para no quedarse estancados. Estamos en un continuo cambio, y nuestros espectáculos creo que también deben hacerlo.
Para el último show que hemos presentado, han sido 8 meses y medio de trabajo diario, pero todo se puede mejorar, así que seguramente sufra algún ligero cambio en cualquier momento, ya sea visible por el público o no. No sé sí he respondido del todo a tu pregunta.
¿Existe la perfección en la magia?
Como dije antes, todo se puede mejorar, y la perfección depende de los ojos del que mira y su criterio. Por lo que personalmente creo que no y ese pensamiento me ayuda a intentar mejorar cada día.
Te sueles rodear de un buen número de gente que te asesora y te ayuda en los montajes y puesta en escena ¿Qué valor le das al trabajo en equipo?
El máximo valor sin dudas. El trabajo en equipo es fundamental en cualquiera de mis shows. Somos un todo. Si falta algún eslabón, la cadena se rompe. Confío en mi equipo al 100% en cada show que se realiza, todos debemos estar perfectamente sincronizados para que todo salga correctamente y no solo en la normalidad, sino que también debemos estar coordinados para si cualquier cosa no sale como se espera, tener alternativas y planes b y c para lo que pueda ocurrir en cada momento y el público no lo detecte.
El último éxito que has tenido se llama Requiem, ¿qué buscas transmitir al público?
Quería transmitir muchas cosas, muchos sentimientos y emociones e ir jugando con estos a lo largo del mismo. Amor, odio, temor, compañerismo, suspense, alegría, acción, disputas, ternura, sorpresa... Además buscaba contar una historia, que fuera magia teatralizada, y a parte como reto personal, quería que fuera una antítesis del tipo de shows y mi estilo propio y personal de presentación. Vestuario opuesto, tipo de música, opuesta a la que suelo utilizar, que fuera teatralizada, contar una historia y con grandes aparatos. Mi mayor temor era que los asistentes al auditorio no llegaran a entenderlo del todo. Pero afortunadamente tras su estreno pudimos comprobar que se entendió por completo y tuvo una gran acogida por el público asistente.
Muchas gracias por dedicar unos minutos de tu tiempo para magiquear. ¿Quieres compartir unas palabras más con los lectores del blog?
Primeramente agradecerte a ti, Carlos Falcón, el querer entrevistarme para este nuevo proyecto que está arrancando y al que le auguro muchos éxitos.
Por otra parte, solo desearles que disfruten y amen la Magia, con sus cosas buenas y no tan buenas, igual o más que yo. No dejen de soñar cada día con ser mejores, la perfección no existe siempre hay algo que se puede mejorar, y eso nos hace engrandecer nuestro arte.
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